Existen seis clases de nutrientes que el cuerpo necesita: carbohidratos
, proteinas, grasas, vitaminas, minerales y agua. Es importante consumir diariamente esos seis nutrientes para construir y mantener una función corporal saludable.
Una salud pobre puede ser causada por un desbalance de nutrientes ya
sea por exceso o deficiencia. Además la mayoría de los nutrientes están
involucrados en la señalización de células (como parte de bloques
constituyentes, de hormonas
o de la cascada de señalización hormonal), deficiencia o exceso de
varios nutrientes afectan indirectamente la función hormonal. Así, como
ellos regulan en gran parte, la expresión de genes, las hormonas representan un nexo entre la nutrición y nuestros genes, que son expresados en nuestro fenotipo.
La fuerza y naturaleza de este nexo están continuamente bajo
investigación, sin embargo, observaciones recientes han demostrado el
rol crucial de la nutrición en la actividad y función hormonal y por lo
tanto en la salud.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud [(WHO: 1996)], más
que el hambre, el verdadero reto hoy en día es la deficiencia de
micronutrientes (vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales) que no
permiten al organismo asegurar el crecimiento y mantener sus funciones vitales.
Reconociendo el potencial inherente a la microalga (Arthrospira platensis),
para contrarrestar la mala alimentación y su grave impacto negativo al
de múltiples niveles de la sociedad especialmente en los países en
desarrollo y los menos desarrollados, la comunidad internacional afirma
su convicción uniendo esfuerzos de formar la institución
intergubernamental por el uso de esta alga contra la malnutrición.
Existen múltiples enfermedades relacionadas o provocadas por una
deficiente alimentación, ya sea en cantidad, por exceso o defecto, o por
mala calidad.
Una mala alimentación también provoca daños bucales, debido a que en
el momento en que el cuerpo deja de recibir los nutrientes necesarios
para la renovación de los tejidos, la boca se vuelve más susceptible a
las infecciones.
El exceso de carbohidratos, almidones y azúcares producen ácidos de la placa que se adhieren al esmalte de los dientes, causando así su destrucción.
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